Agradable casona cántabra del siglo XIX de estilo montañés colonial restaurada. Conserva de su arquitectura original elementos tales como el entramado de las viejas vigas de roble, paredes de piedra u muebles antiguos. A través de un arco de piedra, se accede a una finca completamente cercada por una tapia de piedra, donde poder disfrutar de la tranquilidad y el paisaje. El interior dispone de salón con chimenea y minibar, rincón de lectura, un porche y una terraza acristalada, así como las habitaciones amplias, equipadas y decoradas con esmero y cariño.