Dominando sobre el paisaje del Alentejo, nos encontramos Évora, una ciudad de una belleza indiscutible, calificada como Patrimonio Mundial por la Unesco desde 1986. Tiene mucho que ofrecer, no sólo histórica y culturalmente, sino también con respecto a la gastronomía. Aquí podrá descubrir los verdaderos sabores del Alentejo en los innumerables restaurantes que hay escondidos en las calles y travesías medievales, rodeadas por la muralla romana. El origen del convento está unido a una leyenda que relata la aparición de una imagen de la Virgen. Inmerso en la historia, ofrece un ambiente sosegado y tranquilo, ideal para disfrutar de una estancia relajante.