La finca desde finales del siglo XIX es propiedad de la familia Ferrer-Bujosa (5 generaciones) que optó por fundir los trabajos del campo y de la cultura con el Turismo. Desde hace 20 años se decidió renovar la y a día de hoy dispone de unas instalaciones renovadas dedicadas en una parte al turismo pero también otra parte a la agricultura. Las reformas se han hecho siempre desde un punto sentimental y nunca perdiendo el carácter rural. Los clientes son acogidos y tratados de una forma cálida y familiar. En la finca hay olivos y se producen aceite, frutas, verduras y hortalizas de temporada los cuales se emplean para uso particular de la familia y para el restaurante. Hoy la propiedad ofrece a sus clientes una atención personalizada y el relax en un entorno rural rodeado de naturaleza e historia al lado de la playa des Trenc.